El estado real de la educación y las pruebas de acceso al cuerpo de maestros

Son conocidos los resultados de las pruebas de acceso a la función docente en la Comunidad de Madrid en que los aspirantes han suspendido en un número de 86% por su desconocimiento de cuestiones de cultura general, arrojando sus resultados respuestas realmente sonrojantes como se ha difundido.

Soy profesor de segundo de bachillerato. Conozco el perfil de mis alumnos en un centro público. Es el curso anterior a la entrada en la universidad. Algunos de estos alumnos lograrán acceder a la misma el curso que viene si aprueban el curso. Sé que mis alumnos proceden de la ESO, y han sido formados en un ambiente de desmotivación total hacia el aprendizaje y sus conocimientos son mínimos dado el clima de rechazo hacia la formación intelectual y la retención de información.

Por otro lado, observo que todos mis alumnos detestan leer. La lectura es el peor de los suplicios para ellos, y solo leen, si leen, cuando es estrictamente obligatorio. Carecen de inquietudes culturales y personales y es inverosímil que estos alumnos te formulen una pregunta sobre lo que se está trabajando en clase. Desconocen además el mundo que los rodea. Ninguno lee la prensa. Eso es algo que les resulta totalmente ininteresante. No saben nada de política nacional o internacional, de cultura, de ciencia, de sociedad… Su mundo se limita a lo que está al alcance de su propia vida y su experiencia y no parece interesarles nada más. Cuando el profesor les sugiere que deberían leer la prensa, solo recibe el más notorio de los rechazos, y solo alguno proclama que le interesa la prensa deportiva en la que el fútbol sería el elemento de interés máximo.

Observo que desconocen casi por completo la historia nacional o internacional, desconocen cualquier rudimento de historia de las ideas religiosas, de la imaginería y simbología cristiana (varios de mis alumnos son musulmanes y en tal caso son ajenos a nuestra tradición cultural, pero no son más desconocedores de la historia que los españoles).

Su ortografía y capacidad expresiva es paupérrima, habiendo alguno en que es especialmente terrorífica. En general no hay capacidad de desarrollar un tema de modo convincente e interesante de modo que conecten elementos de fuentes diversas.

No saben tomar apuntes y el profesor ha de recordarles cada día su actitud de disposición a tomar notas sobre lo que se explica en clase. Pero es una batalla perdida porque raramente lo hacen. Y su memoria no es especialmente feliz. La inmensa mayor parte de lo que se explica en clase se pierde totalmente en el olvido, en el vacío.

Lo peor es que el conocimiento les resulta nada atractivo y solo estudian porque… No lo sé por qué estudian en estos tiempos en que una carrera universitaria ya es menos atractiva por la escasa remuneración que supone y lo reducido de su proyección laboral. La universidad ha perdido el prestigio que tenía en otros tiempos.

Yo entiendo que estoy en un centro público de barriada periférica, en que hay un elevado índice de inmigración latina y magrebí. Entiendo que mi instituto no es el mejor para definir un panorama del estado general de la cultura y la educación en nuestro país, pero es lo único que tengo a mi alcance. Es lo único que me permite tener elementos de juicio sobre lo que puede ser posteriormente la universidad. Entiendo que esta etapa de la adolescencia es esencialmente solipsista y es normal que no se interesen por el mundo circundante porque lo único que les interesa son ellos mismos. Lo entiendo totalmente, y entiendo que probablemente estos muchachos cuando lleguen a la universidad cambiarán y se interesarán por el mundo, por la historia, por la actualidad, por la cultura en general… Es posible pero lo dudo mucho. No creo que haya un cambio total de tendencia y que empiecen a solucionar su desdén por la palabra escrita en el ámbito de la literatura o la prensa.

Este es el estado que yo contemplo. Hay alguna excepción ciertamente que anima a pensar algo diferente. Pero las noticias de los resultados de las pruebas de acceso al cuerpo de maestros no me han sorprendido nada. ¿Cómo van a sorprendernos? ¿No es cierto que en los últimos años -en los últimos veinte años- se nos ha vendido que los conocimientos no eran esenciales, que lo importante era aprender a aprender, y que eran más valiosas las actitudes que el conocimiento en sí mismo que al fin y al cabo estaba al alcance de cualquiera con google. El resultado es el que es. Nuestros alumnos no saben siquiera utilizar google si no es para copiar sin misericordia, su capacidad reflexiva es mínima o inexistente y su cultura general no va más allá de sus cuatro amistades. Además de no tener resistencia ante la frustración, ni motivación ante el estudio que conlleva esfuerzo como debe ser lógicamente. Su expresión oral y escrita es demoledoramente pobre, su léxico no es superior a doscientas palabras por lo que la posibilidad de expresar cualquier conocimiento complejo es imposible, y la disposición a la reflexión sobre su propio mundo personal ni existe.

Los profesores estamos totalmente coaccionados para aprobar en la más misérrimas circunstancias. Se nos ha educado y condicionado para ello y no podemos hacer otra cosa. Pobre del profesor cuyos resultados no sean políticamente correctos y favorezcan las estadísticas de fracaso. Otra cosa es cuando se nos enfrenta a los resultados de pruebas externas en que se demuestra que el nivel real de nuestros alumnos es pésimo, debajo de tierra.

El resultado que llega a la universidad es el que es, y ante nosotros tenemos la realidad de lo que está pasando. ¿Debería saberse? ¿Deberían esconderse estos resultados? ¿Debería saberse que todo el entramado educativo favorece estos resultados? ¿Tiene solución?

http://olahjl2.blogspot.com.es/2013/03/el-estado-real-de-la-educacion-y-las.html?showComment=1363707440887#c3446878720496119001

El hombre anumérico

El hombre anumérico

Estos días ha visitado España John Allen Paulos, matemático y divulgador norteamericano cuya obra más conocida es la que da título a esta entrada. Si queréis, os dejo el enlace a la entrevista que Antonio Martínez Ron le hizo durante su visita, o la entrevista que le hizo Pampa García Molina. Las dos son muy recomendables.

En el citado libro, “El hombre anumérico” (y prácticamente en todos sus escritos) Paulos sostiene que lo que él llama “anumerismo” es una manifestación más de cierto analfabetismo (analfabetismo matemático) y que tiene importantes consecuencias (negativas) para nuestra sociedad. Es más, mucha gente se enorgullece de no saber matemáticas (“es que soy de letras”) para justificar que no sabe realizar las operaciones más elementales, ni extraer conclusiones válidas a partir de datos sencillos. En fin…

Naturalmente en su libro Paulos pone muchos ejemplos, pero supongo que todos nos hemos encontrado alguna vez con muchos ejemplos de anumerismo, desde el

“reparte tú la cuenta entre los dos, que eres matemático”,

(a lo que siempre me entran ganas de replicar:

“¿Por qué no me leíste tú el menú que eres de letras?”),

hasta la abuela que para que el niño no salga a la calle y sea secuestrado, lo atiborra de golosinas mientras le pone el televisor (cuando es muchísimo más probable que el niño muera de sobrepeso o atragantado con un caramelo que de resultas de un secuestro por un desconocido).

A raíz de lo anterior: el no saber usar probabilidades o usarlas incorrectamente realizando una interpretación errónea de ellas es uno de los ejemplos más típicos de anumerismo. El mismo Paulos comenta en la introducción de su libro:

“El anumerismo, o incapacidad de manejar cómodamente los conceptos fundamentales de número y azar, atormenta a demasiados ciudadanos que, por lo demás, pueden ser perfectamente instruidos. Las mismas personas que se encogen de miedo cuando se confunden términos tales como «implicar» e «inferir», reaccionan sin el menor asomo de turbación ante el más egregio de los solecismos numéricos. Me viene a la memoria un caso que viví en cierta ocasión, en una reunión, donde alguien estaba soltando una perorata monótona sobre la diferencia entre constantemente y continuamente. Más tarde, durante la misma velada, estábamos viendo las noticias en TV, y el hombre del tiempo dijo que la probabilidad de que lloviera el sábado era del 50% y también era del 50% la de que lloviera el domingo, de donde concluyó que la probabilidad de que lloviera durante el fin de semana era del 100%.”

Está claro que en este ejemplo la probabilidad de que llueva el fin de semana no era del 100% sino de … ¿Sabe calcularla el lector?

No es difícil si se piensa al revés: ¿Cuál es la probabilidad de que no llueva en todo el fin de semana? La probabilidad de que no llueva el sábado es del 50% (o 1/2) y la probabilidad de que no llueva el domingo es también del 50%, así que la probabilidad de que no llueva ninguno de los dos días es de (1/2)(1/2)=1/4, por lo tanta la probabilidad de que lloviera el fin de semana es del 75%.

El propio Paulos tiene otro libro titulado “Un matemático lee el periódico” en el que se destacan algunos ejemplos de anumerismo en un entorno especialmente sensible como son los medios de comunicación (muchos ejemplos de ello pone también José A. Pérez en su blog). Animada por ello decidí buscar algunos datos que corroboraran que el anumerismo también asola la prensa nacional y se me ocurrió mirar noticias sobre Carlos Fabra y la lotería ya que ese tipo de noticias implica cierto uso de las probabilidades: no debería haberlo hecho, porque el resultado de mis pesquisas es aún peor de lo que podía sospechar a priori. Ay, omá…

En diversos medios se comenta las veces que la he tocado la lotería a ese afortunado miembro del Partido Popular y aunque hay divergencia entre las distintas fuentes, parece ser que entre el año 2000 y el 2004 le tocó cuatro veces algún premio de la lotería de Navidad y siete veces en total por la de Navidad o el Niño entre 2000 y 2011. Parece mucha suerte, pero ¿es eso significativo? Para determinar si es significativo o no, debemos saber cuál es la probabilidad de que ocurra y aquí nos encontramos con las primeras sorpresas desagradables: en el diario Levante encontramos esta “perla”: “Según los expertos, la probabilidad de ganar el Gordo del Sorteo de la Lotería de Navidad es de una entre 16,5 millones.” ¡Digo!, ¿quién dijo miseria?

Examinemos dicha afirmación:

Lo primero es que en la misma noticia no se afirma que al señor Fabra le tocara el gordo de la Navidad, sino alguno de los premios; lo segundo, muy llamativo y ya dentro de nuestra temática es que tengan que consultar a “expertos” para determinar dicha probabilidad, y lo tercero es lo alejado que está dicha probabilidad de la real. No hace falta ser ningún “experto” para determinar que si hay 85.000 números (en la actualidad hay 100.000 números) y solo uno es el gordo, la probabilidad no es una entre 16,5 millones, sino una entre 85.000, una probabilidad que es casi 200 veces mayor que la señalada en el artículo.

Aún más, como en él se señala que en realidad lo que le ha tocado es algún premio, la probabilidad de ello es mucho más alta: en los últimos sorteos hay aproximadamente 5.000 números premiados (excluyendo reintegro que no aumenta el capital invertido) de un total de 100.000, así que las probabilidades de que te toquen si juegas solo un número son de una entre 20, (una probabilidad baja, pero casi 800.000 veces mayor que la señalada en el periódico). A esto se le añade el hecho de que si, como ha declarado Fabra, se juega varios números, la probabilidad evidentemente aumenta. Si compramos 10 números distintos, la probabilidad de que no te toque es de (19/20) ¹⁰ aproximadamente un 60% y por tanto la probabilidad de que te toque es del 40%, esto es una entre 2,5 y no de una entre 16.500.000 como afirmaban los “expertos” en el artículo

Calcular la probabilidad de que te toque al menos cuatro de cinco años o siete de once no es tan sencillo como el caso de un solo año. Primero veamos el caso de que te toque cuatro años seguidos que es más sencillo: simplemente necesitamos multiplicar la probabilidad de que te toque un año (asumamos que tenemos 10 números, que hay 100.000 bolas distintas y que se premian 5.000) esto es: 0,4 por si mismo cuatro veces (0,4)⁴=0,03, esto es: un 3% de posibilidades de que toque; igual para que te toque siete años: (0,4)⁷=0,002: ésta ya mucho más remota del 0,2%.

El que te toque al menos siete años de once ya son unas cuentas un poco más complicadas, pero vienen a ser las mismas que las del tiempo del fin de semana que comenta Paulos en su libro y que hemos citado anteriormente ¿Se atreve el lector a calcular dicha probabilidad? Espero esos cálculos en los comentarios (cómo me está gustando mandar tareas últimamente).

¿Exime lo dicho anteriormente al señor Fabra de toda duda? Ni mucho menos, existe una posibilidad muy remota de que todo sea producto de la suerte, pero existe otra explicación mucho más lógica y con más probabilidades de haber ocurrido realmente. Pero yo no soy de malmeter…

 

SOBRE LOS MAESTROS MAL FORMADOS Y EL LINCHAMIENTO POPULAR

Ya conocéis todos la noticia que salió esta semana sobre los lamentables resultados obtenidos por maestros interinos que participaron en unas pruebas de conocimiento para unas oposiciones en Madrid. La cifra más destacada es que sólo el 13,6% de opositores aprobaron el examen de conocimientos básicos. Y claro, se ha montado la de dios es cristo.

Lo más vergonzoso es escuchar a los sindicatos hablar de persecución, politizando una realidad que no interesa que se conozca, de hecho no hay información ni datos del nivel de los maestros que están en nuestros colegios. No interesa, con aprobar las oposiciones hace un siglo es suficiente para justificar a malos maestros dando clase en aulas que fabrican alumnos fracasados. Porque no olvidemos una cosa: si un alumno suspende es culpa del profesor. Siempre. Su deber no es dictar lo que aparece en la Wikipedia, su responsabilidad es lograr transmitir los conocimientos y herramientas para que el niño utilice esa formación cuando sea adulto. Para eso debe modificar su método de enseñanza en cada ocasión y en función de las necesidades del alumno. Pero claro, eso no saben hacerlo todos, por eso luego forman a todos los niños por igual, como si todos tuvieran el mismo nivel de madurez intelectual o las mismas necesidades educativas.

Pero vayamos por parte porque esto tiene varias lecturas y todas son válidas. Empecemos por la primera:

Por qué se hacen públicos estos resultados
Fácil, estos resultados vergonzosos dejan en muy mal lugar el nivel de los maestros interinos que trabajan en la Comunidad de Madrid. El escarnio público facilitará a los políticos el despidos de miles de maestros por motivos presupuestarios, pero de cara a la sociedad en realidad están echando a ineptos que no son capaces de aprobar ni un examen del nivel de un niño 12 años.

Por qué se han obtenido estos resultados
Más fácil, el nivel de formación de los maestros en España es bajísimo, penoso añadiría yo que tengo en la pared colgado el título de Maestro de Educación Física. Para que os hagáis una idea, el nivel de exigencia es como si fuera un “4º de BUP” o un “3º de Bachillerato”, el nivel académico es lamentable, no pasa nada si un futuro maestro no sabe expresarse en público, si no sabe escribir correctamente, si la carrera sólo está enfocada a aprobar unas oposiciones es lógico que luego sucedan estas cosas. Es como decir que en una autoescuela te enseñan a conducir, pues no, te enseñan a aprobar el examen que te harán en al DGT, pero no significa que tú sepas conducir. Pues en Magisterio pasa lo mismo, te entrenan durante 3 años para aprobar las oposiciones, nada más. Si quieres formarte correctamente eso ya corre de tu cuenta o del talento natural que tengas para la docencia.

A quién beneficia este sistema
Que en unas oposiciones puntúe más la experiencia que la prueba de conocimiento deja claro que el poder está en manos de los sindicatos, que son los que negocian los baremos con la administración. Ellos defienden a los “suyos”, o sea, a los que ya han entrado en el circuito laboral de sustituciones y rotaciones entre los distintos centros. Cuando un “novato” quiere trabajar en España como maestro le queda la opción de aprobar con muy buena nota las oposiciones y aún así se puede quedar fuera del circuito, frente a un maestro que lleve trabajando 10 años y siga siendo interino porque su nivel académico es tan bajo que no llegue nunca a aprobar con buena nota la prueba de conocimiento.

¿Por qué aceptamos Maestros que sólo aprobaron unas oposiciones?
Es más, en los colegios públicos y concertados los maestros no han tenido que pasar ninguna oposición para demostrar sus conocimientos, en cambio el nivel académico de los niños que estudian en estos centros suele superar la media entre centros públicos, concertados y privados. O sea, que aprobar unas oposiciones tampoco te asegura que tengan conocimientos o que sepan ser buenos maestros, porque partimos de la base de que Magisterio es una carrera menor, una “María”, una facultad donde se exige muy poco nivel en todas las especialidades.

Pero no quiero echar la culpa sólo a la formación que recibimos en la Facultad de Ciencias de la Educación, porque todo esto viene de antes, de la educación básica que no consolida conocimientos ni proporciona las herramientas para convertirnos en profesionales altamente cualificados. Me remito a las cifras de fracaso escolar, fruto de la nula capacidad de motivar a los alumnos.

La carrera de Magisterio ha sido siempre un pozo de profesionales frustrados que no pudieron acceder por nota a otras facultades. Lo viví en primera persona, muchos de mis compañeros acabaron en Educación Física porque no tuvieron nota para acceder a Fisioterapia o Enfermería. Y claro, estudiar Magisterio era un plan cojonudo, 3 años de facultad, poco que estudiar, unas oposiciones y a vivir como funcionario toda tu vida. Tengo muchos compañeros que hoy en día son maestros con plaza fija tras aprobar las oposiciones, yo ni lo intenté, preferí cambiar de ramo porque tuve claro desde el primer día que pisé un colegio, que esa no era la profesión de mi vida, así que seguí formándome en otros campos. Pero claro, muchos de mis compañeros, pese a sentir lo mismo que yo, apostaron por lo cómodo, y hoy son maestros frustrados que cada día educan (de aquella manera) a tus hijos.

Pero es que claro, los maestros han perdido todo el respeto que tuvieron en los años 50, 60 y 70. El “tuteo” de los 80, eliminar el trato respetuoso sobre una figura superior en el aula, hizo que los maestros con menos personalidad fueran devorados por los alumnos. Esa corriente pedagógica que se inventó que un maestro es uno más en el aula, que debe tratar de tú a tú al alumnos, trajo que hoy en día el maestro sea un mindundi en la comunidad escolar.

Qué soluciones son posibles en esta situación
Para empezar habría que dejarse de poner excusas y comparaciones con otras profesiones. Es cierto que muchos médicos no pasarían las pruebas que han suspendido los alumnos de 12 años, pero señalar al vecino no te soluciona el problema que tienes en casa. Si de verdad se quiere eliminar por fin la losa que pesa sobre la formación de los profesores, lo primero que debes hacer es dotar de recursos a las facultades de ciencias de la educación. Yo estudié Educación Física haciendo deporte en 3 pabellones distintos repartidos por Sevilla porque la Facultad sólo disponía de una pista de cemento llena de grietas, con porterías sin redes y canastas oxidadas. Y ya no entro en el gimnasio donde no cabían 25 personas haciendo ejercicio, los baños sin puertas… Por suerte todo eso quedó en el pasado, me consta que el nuevo edificio de la Facultad de Sevilla es mucho mejor, pero el problema es que los maestros que hoy están en el colegio de tus hijos estudiaron en aquellos viejos edificios, sin recursos de ningún tipo, y cuando digo sin recursos me refiero a que si quería hacer una presentación con un ordenador me tenía que llevar el mío de casa porque el de allí no funcionaba.

Hay toda una generación de maestros que se formaron en las Facultades contando sólo con un proyector como herramienta educativa. Las transparencias han sido el único medio de comunicación de los conocimientos que se querían transmitir en el aula. Eso provoca un desinterés absoluto, desidia por parte de todos, los profesores universitarios y los alumnos que se sienten infravalorados por el sistema. Y luego el resultado es lo que ves hoy en día.

Mi opinión no ha variado desde que salí de la Facultad hace 10 años. Los maestros deben realizar un MIR, un par de años de formación en el aula para consolidar sus conocimientos, sus técnicas de enseñanza, su modelo de trabajo en el aula… Entonces ya estaríamos hablando de otro perfil de profesor, más formado en todos los aspectos, más experimentado, más depurado profesionalmente, sin tantos pájaros en la cabeza y conociendo mejor y de primera mano la realidad de lo que sucede en el aula. Luego deberían pasar pruebas exaustivas de conocimientos y de métodos de enseñanza, para demostrar su formación en todos los aspectos necesarios para desempeñar su trabajo, porque sus errores, sus carencias, las pagarán nuestros hijos.

http://soyplastic.net/2013/03/sobre-los-maestros-mal-formados-y-el-linchamiento-popular/

MI OPINIÓN

1.- «si un alumno suspende es culpa del profesor. Siempre.»
NO. Aquí demuestras que no tienes ni idea de lo que hay en las aulas. Supongo que creerás que el 100% de los chavales y el 100% de los padres quieren aprender y que sus hijos aprendan. NO. A más del 50% de chavales y a más del 50% de famílias les importa UNA MIERDA aprender algo o que sus hijos aprendan algo. ESO ES LO QUE HAY QUE CAMBIAR. Y SOLO los maestros no pueden hacerlo. Se necesita que TODO EL MUNDO reme en la misma dirección sin contradecirse unos a otros.

Su deber no es dictar lo que aparece en la Wikipedia, su responsabilidad es lograr transmitir los conocimientos y herramientas para que el niño utilice esa formación cuando sea adulto. SÍ. Para eso debe modificar su método de enseñanza en cada ocasión y en función de las necesidades del alumno. SÍ. Pero claro, eso no saben hacerlo todos, por eso luego forman a todos los niños por igual, como si todos tuvieran el mismo nivel de madurez intelectual o las mismas necesidades educativas. Exactamente, pero para eso se supone que existe la inspección.

2.- “para que os hagáis una idea, el nivel de exigencia es como si fuera un “4º de BUP” o un “3º de Bachillerato”” NI ESO. Tengo exalumnos que han hecho o hacen Magisterio y me confirman una y otra vez que el Bachillerato que hicieron era infinitamente más exigente. Y hablamos de Bachillerato LOGSE o LOE.

3.- “Es más, en los colegios públicos y concertados los maestros no han tenido que pasar ninguna oposición para demostrar sus conocimientos, en cambio el nivel académico de los niños que estudian en estos centros suele superar la media entre centros públicos, concertados y privados”. PERMÍTEME QUE ME RÍA. Otra vez me demuestras que o no tienes ni idea o eres parte interesada. Lo centros privados y concertados SELECCIONAN al alumnado. Los malos alumnos o los alumnos conflictivos o directamente no entran o una vez dentro y detectado el problema se les expulsa a los centros públicos. No tienen alumnos de educación especial, los absorbe TODOS la educación pública. Se dedican casi de forma exclusiva a la preparación de EVALUACIONES DIAGNÓSTICAS o SELECTIVIDAD. Y a pesar de todo eso, si miras bien las estadísticas verás que NO HAY GRAN DIFERENCIA entre las de los centros públicos con el resto, y encima estos han aprendido a convivir con todo tipo de personas y con todo tipo de dificultades.

Nueva campaña de difamación y descrédito del colectivo docente con vistas a miles de despidos de interinos

El gobierno de la Comunidad de Madrid (PP) de nuevo insulta y difama a los docentes a través de los medios de comunicación para justificar la ruptura unilateral del acuerdo de acceso a la función pública docente y el ordenamiento de listas de interinos que supondrá el despido de miles de maestros y profesores con años de servicios prestados.

En pleno periodo de matriculación la Consejería de Educación ha orquestado una nueva campaña de descrédito hacia los maestros de la pública que ha aparecido hoy en diversos medios de comunicación.
La presunta noticia toma como referencia supuestas respuestas de aspirantes a maestros en la convocatoria en 2011 de oposiciones a ese cuerpo, que la Consejería aprovecha ahora para arremeter de nuevo contra todo el colectivo docente y poner su profesionalidad, capacidad y conocimientos en entredicho.

Aquí en Telemadrid:

Aquí en El PAÍS: Maestros suspensos en primaria
Aquí en Público:
Cuando Albacete es provincia andaluza, el gato un «astuto» y «escrúpulo» significa «la salida del sol»
Aquí en el Diario de Alcalá:
El Duero pasa por Madrid y el gato es un ‘astuto’
Aquí en ABC: Algunos opositores a maestros de Madrid creen que la gallina es un mamífero

No nos dicen cuántos de los maestros y maestras que se presentaron a las oposiciones cometieron alguno de esos errores. ¿Fueron 2, 3, 5, 10 personas de las más de 14.000 que realizaron los exámenes? No nos dicen tampoco que el número de plazas convocadas era de 489 y que el número de suspensos no se relaciona con que los aspirantes obtuvieran malas calificaciones ni tuvieran escasos conocimientos, sino con que solo había plazas para una ínfima parte de los opositores. Tampoco explican que, por tanto, además de quienes perpetraron esos supuestos disparates quedaron fuera maestros con muy buenas calificaciones. Ni siquiera sabemos si esos presuntos disparates que les atribuye la prensa son ciertos, pues nadie los ha documentado. Lo que sí sabemos es que la responsable de estas informaciones y única fuente es la Consejería de Educación madrileña, con Lucía Figar al frente. La misma Consejería de Educación que ha reducido el profesorado de la Comunidad de Madrid en casi 7.000 profesores desde 2009 (un 14%) para un 17,18% más de alumnos. La misma Consejería que ha recortado 26 millones de euros en becas de libros de texto y comedor provocando que a día de hoy haya escolares en la Comunidad de Madrid que pasan hambre. La misma Consejería que está cerrando y desmantelando decenas de centros educativos públicos mientras alaba sin pudor la escuela religiosa, concertada y segregadora, no solo subvencionada sino también construida en suelo público y para la que sus docentes, elegidos a dedo, no pasan ninguna prueba objetiva pese a cobrar sueldos pagados con dinero de todos.

Porque esta barbaridad sí está documentada: el 100% de los maestros de la escuela concertada no pasa ningún tipo de oposición. Y a ningún responsable de educación parece interesarle si existe rigor alguno en su proceso de selección.
¿Es pues esta una campaña para mejorar la formación y el acceso a la profesión docente o una forma de desprestigiar de forma orquestada a los maestros de de la escuela pública?

¿A quién le interesa desacreditar de esta manera al profesorado de la pública y con qué fin?

El cambio de modelo de acceso es solo un instrumento para precarizar aún más el empleo docente, facilitar los despidos de miles de maestros y profesores interinos que llevan años prestando servicios con demostrada profesionalidad y un modo muy rastrero de menoscabar el prestigio del profesorado y de la propia escuela pública en plena campaña de matriculación promoviendo el trasvase de alumnado a la concertada de repago, modelo por el que el gobierno del Partido Popular apuesta claramente.

Nadie evalúa los conocimientos de los responsables de estas nefastas políticas educativas y ningún medio de comunicación revela su manifiesta incompetencia. ¿Qué nota sacarían Lucía Figar o José Ignacio Wert en una oposición docente a cuyos aspirantes se toman tanto trabajo en difamar?

De lo que también tenemos la certeza y la prueba documental es de que la presidenta de la Comisión de Educación en la Asamblea de Madrid, Dª María del Carmen Martínez Irañeta (Partido Popular) no aprobaría.

http://asambleaiesarturosoria.blogspot.com.es/2013/03/nueva-campana-de-difamacion-y.html

OTRO EJEMPLO DE ANUMERISMO O ANALFABETISMO NUMÉRICO

Iba este mediodía en el coche escuchando la radio cuando de repente la locutora ha comentado que hoy era el DÍA MUNDIAL DEL NÚMERO PI (3.14, que en los países anglosajones es 14 de Marzo) y a continuación ha leído algo que a bien seguro tenía escrito:»…Los matemáticos llevan 1500 años buscandola última cifra del número pi…»……..!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿PEEEEEEERDOOOOOOOOOÓN? El número se sabe desde hace mucho tiempo que es un número irracional, no se puede escribir en forma de fracción y por tanto es un número infinito. Los matemáticos llevan 1500 años (y más) intentando encontrar el número máximo de cifras decimales de éste número, o incluso, como ya se consiguió, escribirlo como una serie, como límite de una suma infinita.

Estos son los periodistas que tenemos en este país. Por cierto, la locutora era de la cadena SER.

Maestros suspensos en primaria

El 86% de los aspirantes a una plaza docente en Madrid no pasó la prueba de conocimientos
El test incluía preguntas que debe responder un alumno de 12 años
Madrid modifica los criterios de selección de maestros

¿Por qué provincias pasan los ríos Duero, Ebro y Guadalquivir? Apenas el 2% de aspirantes a una plaza de maestro en las últimas oposiciones celebradas en Madrid respondió correctamente. ¿Cuál es el equivalente en gramos a dos kilogramos y 30 gramos? El 93% no supo trasladar esta unidad de medidas y otras similares (metros cuadrados y minutos). El 86% de los 14.110 aspirantes suspendieron la llamada prueba de conocimiento que incluye preguntas con el nivel equivalente a un alumno de 12 años. Aprobaron 1.913 personas, según cifras oficiales.

Madrid convocó las últimas oposiciones a maestro en noviembre de 2011, con 489 plazas. Los candidatos debían aprobar todas las fases de la oposición, que por primera vez eran eliminatorias, para obtener una de esas plazas. Pero no para formar parte de la lista de interinos. Unos 3.800 integrantes de esa lista fueron contratados a lo largo del curso a pesar de haber suspendido esta prueba, según estimaciones oficiales.

Lengua y literatura, la asignatura del desastre
Tan solo el 13% pudo describir las formas gramaticales en una oración

Conocimiento del medio, la asignatura que los ha despistado
Solo un 1,83% supo por dónde pasan el Duero, Ebro y Guadalquivir

Matemáticas, la pesadilla de los opositores
Un 7% completa una tabla de equivalencia en el sistema métrico decimal

El examen de oposición a maestro de primaria constaba de dos partes. En primer lugar, una prueba de conocimientos que también era nueva. Incluía una parte práctica con preguntas de nivel de primaria y la exposición de un tema. Educación solicitó un informe a la inspección sobre ese examen una vez resuelta la prueba. Los resultados de ese trabajo, que ha permanecido inédito hasta ahora, arrojan datos demoledores: faltas de ortografía, dificultades en el análisis morfológico…

Ejercicio de matemáticas.
La evaluación sale a la luz en mitad del debate sobre el cambio de la lista de interinos, en la que Madrid aspira a que la nota prime por encima del tiempo de servicio y de experiencia de los docentes. Los sindicatos replican que, con este informe del que se ha hecho público parte del contenido, la Consejería quiere “someter a escarnio público” y “hacer guerra sucia” a los docentes. “No justificamos que un maestro tenga faltas de ortografía, pero hay conocimientos que no se adquieren en secundaria y que el docente no vuelve a ver en la carrera de Magisterio por lo que puede olvidar, como cualquier titulado, el recorrido de un río”, dice Francisco Melcón, de ANPE Madrid.

Educación esgrime un informe de la inspección para cambiar el baremo
Las centrales no han tenido acceso al contenido de este informe que Isabel Galvín, responsable de Educación en CC OO de Madrid, considera “un arma arrojadiza”. “La prueba de conocimiento se fijó apenas cinco meses antes de las oposiciones y con un temario muy amplio”, explica Galvín, que reclama a la Consejería que le facilite los resultados por especialidad, por perfiles de los candidatos y orden de las preguntas. “Denunciamos muchas irregularidades en aquel momento y nos llegaron miles de correos de quejas”, añade la representante sindical. “Imaginábamos que iban a sacar esta información como arma arrojadiza”, añade.

Hasta ahora, la antigüedad prima para ordenar la lista de interinos
La Comunidad de Madrid lleva más de un año de reuniones con los sindicatos del sector educativo para reordenar la lista preferente de docentes interinos, de la que forman parte unas 11.000 personas entre maestros de primaria y profesores de secundaria. Quiere que la nota prime por encima del tiempo de servicio y de experiencia de los docentes.

Hasta la fecha, no es necesario aprobar todas las partes del examen para integrar la lista de interinos de la que se nutren a lo largo del curso para cubrir cualquier vacante que surja. Prima la antigüedad, con un peso del 46,8%, seguido de la nota del examen (36,01%) y de otros méritos (16,1%). La Consejería de Educación le dará la vuelta a ese baremo en un decreto que espera aprobar antes de las próximas oposiciones, previstas en verano. Su intención es reservar un 80% del resultado final a la nota y dejar reducida al mínimo la experiencia (15%) más otro 5% de otros méritos, entre los que se valoran, sobre todo, los diplomas de inglés. Madrid, que comenzó con una propuesta en la que se reservaba toda la puntuación al examen, ha lanzando el mensaje desde que comenzó los cambios en las oposiciones de que quiere seleccionar “a los mejores maestros y profesores”.

Los sindicatos creen que Madrid está haciendo “escarnio público”
Desde Educación argumentan que no debe dar clase —ni como titular ni como interino— ningún docente que no esté al día de los conocimientos mínimos de un alumno de primaria, aunque reconocen que el principal fallo está en la formación de los docentes en las facultades. Como primera criba, no podrá integrar la lista de interinos ningún aspirante que suspenda cualquiera de las partes del examen. En segundo lugar, han decidido que la nota académica casi triplique el peso actual que tiene en el resultado final y que la experiencia docente se quede en menos de la mitad. Tampoco han justificado por qué el cambio afectará también a la lista de interinos de secundaria, cuyo orden se modificará cuando se convoquen oposiciones.

La prueba
de conocimientos se fijó cinco meses antes del examen
Si su decreto sale adelante, Madrid será la primera región que haga un cambio de este calado, en un gesto en el que espera volver a marcar el camino y ser secundada por regiones como la Comunidad Valenciana o Castilla-La Mancha. Andalucía intentó aplicar una fórmula similar en la que la nota pesara más que la antigüedad, pero tuvo que dar marcha atrás. La Junta aprobó en 2010 un baremo, el llamado decreto 302, que acabó desechando en marzo de 2012 por el rechazo de la mayoría de sindicatos y ante las protestas que un grupo de interinos protagonizó durante meses. En Madrid, los sindicatos también han mostrado una oposición frontal a que deje de primar el tiempo de servicio de los profesores. Apelan a que el anterior acuerdo sectorial que regulaba esta cuestión, prorrogado hasta finales de 2012, fue consensuado por todas las centrales y la Administración.

La formación de los docentes es un debate abierto desde hace años entre distintas sensibilidades políticas. El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba llegó a solicitar una prueba similar al MIR de los médicos para elegir profesores.

Barbaridades en las respuestas

Ejercicio de lengua.
Ortografía. Conpetencias / Deriban / Anbito / Veverlo / Adsequible / Nabarra / Incapie / Conduzta / Aprendizage / Gerarquia / Bolcán / Hurano / Valladoliz.
Definiciones. Escrúpulo: “Salida del sol”, “Atardecer” / Adjetivo basta: “Se refiere a una persona que es muy basta, incluso mal educada” / Disertación: “Dividir una cosa en partes más pequeñas”, “irse por las ramas” / Extasiar: “Agobiar a alguien”, “Dejar a alguien sin aliento”.
Provincias por las que pasan los ríos. El Duero, Ebro y Guadalquivir pasan por Madrid.
Comunidades autónomas. Soria es una comunidad autónoma / Albacete, Ciudad Real y Badajoz son provincias andaluzas.
Clasificación de los animales. “El caracol es un… crustáceo” / “La gallina es un… mamífero” / “El gato es un… astuto” / “La serpiente es una… peligrosa” / “El gavilán es un… viajero”.
Funciones vitales de los reptiles. Reproducción: “De tipo sexual”. / Nutrición: “Se nutren de todos aquellos elementos de las aguas estancadas”.
Problema. Unas gafas cuestan 185 euros más que su funda. Las gafas y la funda cuestan 235 euros. ¿Cuánto cuestan las gafas? “Las gafas cuestan 235 euros porque siempre se regala la funda”.

http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/03/13/actualidad/1363202478_209351.html

Por si alguien tenía dudas de por donde empieza el desastre de la educación en este país (aparte de en la propia casa de los alumnos).

La Selectividad deja en evidencia el bajo nivel de las matemáticas

Las notas de la Selectividad del pasado mes de junio arrojan un claro perdedor: las matemáticas. Con tasas de aprobados por debajo del 40% en algunas universidades, situada sistemáticamente entre las asignaturas de peores resultados por los estudiantes españoles, el nivel de los exámenes confirma un escenario que preocupa a los expertos desde hace años, en el que la enseñanza de las ciencias, en general, y las matemáticas, en particular, debe revisarse con urgencia.

El repaso de los resultados de la última Selectividad en más de una veintena de universidades de 12 comunidades autónomas muestra un panorama muy heterogéneo, con resultados muy dispares según la comunidad autónoma (cada uno hace una prueba distinta). Sin embargo, las matemáticas están siempre entre las materias con peores resultados por porcentaje de suspensos y por notas medias. Menos en Valladolid, en los otros 26 campus de las que se han comparado los resultados, las matemáticas -las que dan los bachilleres de letras, la de los de ciencias o ambas- están entre las cuatro peores, con menos de la mitad de aprobados en 11 casos (en la Rey Juan Carlos fueron el 32,95%, y en la Carlos III, el 36,8%, o en La Laguna sólo el 39,2%). También acumulan el mayor número de suspensos si se mira la nota media: en seis casos, en las matemáticas de los de letras, y en cinco en las de ciencias.

Un poco más lejos, también se repite mucho en ese listado de los peores resultados la Física. La suspendió más del 40% en siete casos, han tenido suspenso de nota media en cuatro y en Baleares sólo aprobó el 36% de los jóvenes.

Así, la última Selectividad dibuja un problema que no es, en absoluto, nuevo. En el último Informe Pisa, el nivel matemático de los estudiantes españoles de 15 años quedó en el puesto 32 de 57 países, con una nota media cinco puntos menor que en el informe anterior. Ya en 2002, hubo una serie de advertencias en una comisión del Senado sobre la enseñanza de las ciencias, en general, y de las matemáticas, en particular, recuerda el profesor de la Universidad de Extremadura, experto en educación matemática, Lorenzo Blanco. “Se modifican las leyes, pero no se entra a fondo en la enseñanza de las matemáticas. Estamos enseñando a alumnos del siglo XXI contenidos de hace 100 años y con las mismas metodologías”, se queja.
Blanco asegura que ya no sirve de excusa decir que son materias más difíciles, y se queja de que las promesas que se hicieron en 2002, como reforzar la formación de los profesores o revisar en profundidad los contenidos, no se han cumplido. No está del todo de acuerdo Tomás Recio, catedrático de Álgebra de la Universidad de Cantabria. Sí coincide en el diagnóstico, y en que la inercia en educación es muy difícil de cambiar, pero insiste en que se está trabajando bien, tanto con las reformas como con la formación de profesores que se reciclan voluntariamente para intentar cambiar las cosas.

Ildefonso Maza es uno de esos docentes inquietos de los que habla Recio. Desde sus clases de matemáticas en un instituto público de Madrid lleva años desarrollando programas en los que usa las nuevas tecnologías y asegura que eso mejora los resultados de sus alumnos. Maza, más pegado al día a día de los institutos, señala varios problemas: el desajuste, el gran salto de contenidos y exigencia, entre la Secundaria y el Bachillerato; la dificultad que tienen los profesores para dar todo el temario en 2º de Bachillerato y lo enfocado que está este curso a pasar la prueba de Selectividad: “A veces, los profesores se centran tanto en preparar a los alumnos para el examen que se olvidan de la materia”.

Y mientras los expertos se ponen de acuerdo en cómo, cuánto y si es necesario cambiar algo, los alumnos se alejan de las matemáticas, asegura Recio citando las estadísticas de bachilleres que eligen la opción técnico-científica: en 2001 era sólo el 11% y en 2006, el 8,4%. Recio enlaza el problema de esta materia en los institutos con una preocupación en todo el mundo y que llega a la universidad. Uno de los objetivos de la UE para 2010 es aumentar el número de titulados en ciencias y tecnología. La cifra en España, en 2005, era un 11,8% de los jóvenes de 20 a 29 años, 1,4 puntos por debajo de la media europea.

En cuanto a la Física, el presidente de la Sociedad Iberoamericana de Física, Gerardo Delgado, insiste en que su materia es básicamente experimental: “Y esto debería reflejarse en la enseñanza, incluso en la Selectividad debería haber un examen experimental”. Recuerda también con desencanto el acuerdo de todos los grupos políticos en el Senado allá por 2002, aunque tiene esperanzas: “Parece que hay una apuesta por la investigación con el nuevo Ministerio de Ciencia e Innovación. Parece que se han hecho los deberes, ahora hay que empezar por la base”, por los institutos.

MI OPINIÓN: no dudo que hay muchas cosas a mejorar en la enseñanza de las matemáticas y que muchos profesores siguen dando clases magistrales sin importarles en ningún momento el alumno. Pero creo que el mayor porcentaje de ese fracaso se centra sobre todo en el desajuste, el gran salto de contenidos y exigencia, entre la Secundaria y el Bachillerato; la dificultad que tienen los profesores para dar todo el temario en 2º de Bachillerato y también en el desinterés que tienen también los alumnos por aquellas asignaturas que además del empolle de siempre requieran también un alto grado de comprensión y un alto grado de práctica que, exceptuando un porcentaje muy bajo de alumnos, la mayoría no puede preparar en 1 o 2 tardes, que es el tiempo medio que suelen dedicar los alumnos para los exámenes en secundaria. No es casualidad que la otra gran suspendida sea la FÍSICA. Y otra gran motivo también es la diferencia de niveles entre unas asignaturas y otras, pasando de asignaturas de Letras o Ciencias Sociales con niveles de exigencia muy bajos, pasando por Química O biología, que con un poco de esfuerzo se pueden sacar, y llegando a las matemáticas o la física, que requieren de un base muy sólida que la gran mayoría de alumnos no han adquirido o no han querido adquirir.
La gran preocupación en este país debería ser porqué cada vez más, todo aquello que requiere más esfuerzo es abandonado mientras todo lo que es fácil y no requiere un gran esfuerzo está masificado. Quizás por ahí empiezan los grandes problemas de este país.

Los falsos mitos de la evaluación continua

Algunos comentarios a entradas anteriores inciden sobre las bondades de la evaluación continua. Y ya no podemos más. Son ya más de veinte años dando clase en nuestra universidad, y por tanto, evaluando a nuestros alumnos. Y esos veinte años de experiencia nos dan la suficiente perspectiva como para poder ser, una vez más, políticamente incorrectos: la evaluación continua en la universidad es otra chorrada más de los pedagogos del régimen, para marear la perdiz. Así de claro.
Y lo decimos desde la posición del que puede opinar. De alguien que ha pasado ya por todos los métodos de evaluación: sólo examen final, exámenes parciales, examen final mas actividades a lo largo del curso, utilización de la plataforma virtual para actividades de evaluación, y, desde hace ya unos años, evaluación continua (bien entendida, claro, no cuarto y mitad de pruebecitas eliminatorias). Y con todos estos métodos, siempre nos ha sucedido lo mismo: mediado el curso, ya teníamos claro quién aprobaba y quién no, y quién iba a conseguir un sobresaliente o una matrícula. ¿Acertamos siempre? Pues no, pero el pequeño porcentaje de error ha sido siempre el mismo, independientemente del método de evaluación. ¿Y qué quiere decir eso? Pues eso, que los buenos alumnos aprueban y los malos suspenden. Claro. Porque los buenos alumnos aprenden y los malos no. Y sí, señores pedabobos, señores políticos y señores políticamente correctos: hay alumnos malos. Cada vez más. Y ni el mejor profesor del mundo, aunque entre haciendo el pino en el aula, de buen rollito coleguita guay, puede hacer que aprendan. Eso sí, cualquiera puede hacer que aprueben, no sé si me explico.
Por estos motivos, queremos hoy desmontar cinco mitos comúnmente aceptados de la evaluación continua:
1. La evaluación continua es más justa. Se dice que jugárselo todo a una carta es muy injusto. Que un mal día lo puede tener cualquiera, y suspender un examen final a pesar de haber aprendido la asignatura. O que algunos se ponen muy nerviosos en los exámenes y no dan pie con bola (o con boli). Pues puede que, en contados casos, sea verdad, pero no es el caso general. En general, el alumno que ha aprendido la asignatura, supera sin problemas el examen final. ¿Y si se pone enfermo? Pues se le hace el examen otro día, que no sería la primera vez. ¿Y qué pasa con el caso contrario? Porque ahora con la moda de evaluación-continua-boloñesa, nos dicen que debemos pasar lista, y que un porcentaje importante de la nota final se obtenga a través de las actividades “cotidianas”, de forma que es prácticamente imposible aprobar sólo con el examen final. Preguntamos: y un alumno que no hiciese nada a lo largo del curso, pero fuese capaz de estudiar y aprenderse la asignatura para el examen final, ¿por qué no merecería aprobar? Eso será uno entre mil, pensaréis. Pues más o menos la misma cantidad que los del mal día del examen.
2. La evaluación continua facilita la labor al alumno. Pues es justo lo contrario. La evaluación continua bien entendida obliga a un trabajo constante al alumno que no exige necesariamente el examen final. Claro, siempre y cuando, como ya hemos dicho, la evaluación continua sea de verdad, controle el aprendizaje global del alumno y no se reduzca a una serie de pruebecitas eliminatorias que permitan ir olvidando a medida que se realizan.
3. La evaluación continua implica un mejor aprendizaje. Según la RAE, a la que nos gusta recurrir para dejar claro el significado real de las cosas, evaluar es “estimar los conocimientos, aptitudes y rendimiento de los alumnos” (estoy seguro de que en la RAE se refieren también a las alumnas, se les habrá pasado) y aprender es “adquirir el conocimiento de algo por medio del estudio o de la experiencia”. Antes de aprender, no hay nada que evaluar; es así de simple. Un mejor aprendizaje se logra con buenas actitudes y aptitudes por parte del alumno y del profesor. No reduzcan nuestro papel al del evaluador. Los que enseñamos por vocación disfrutamos la enseñanza en sí, no la evaluación. Como decimos a nuestros alumnos: ustedes encárguense de trabajar y aprender, que la evaluación ya viene de suyo. Otra cosa, claro, es que algunos alumnos sólo decidan trabajar bajo la amenaza del examen, o de la pruebecita…
4. La evaluación continua es la solución a los males de la enseñanza universitaria. La solución a los males de nuestras universidades pasa por muchas cosas: la reducción efectiva del tamaño de los grupos de docencia, la implantación real de nuevas tecnologías, la selección de profesorado con criterios docentes e investigadores adecuados, la incentivación de las buenas prácticas docentes, la dignificación de la docencia (por ejemplo, no premiar a los profesores con reducciones de docencia, ¿verdad?), la selección efectiva de alumnos, de forma que sólo acceda a la universidad aquel que esté realmente preparado e interesado en los estudios, y, en resumen, la búsqueda real de la calidad docente (que es actualmente el último de los criterios que se tiene en cuenta en la toma de decisiones). ¿La evaluación? Eso es lo de menos.
5. Los que nos oponemos a toda esta marea boloñesa somos unos vagos que no queremos trabajar más. Nos da pereza contestar a eso.

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