Los chicos de aquel verano

DIVAGACIONES Y MIERDAS VARIAS

Los chicos de aquel verano

Atardece mientras estoy fondeado cerca de tierra, al pie de un acantilado de mediana altura. El lugar es tranquilo, pues la playa está lejos y en las proximidades sólo hay una antigua torre vigía medio en ruinas, como la de El pintor de batallas, y una urbanización a lo lejos, medio oculta por las rocas. El mar está muy quieto y estoy sentado a popa, leyendo por enésima vez Juventud, de Joseph Conrad. En la pared rocosa que tengo a menos de un cable hay tallada una escalera que lleva a un pequeño mirador, y de vez en cuando oigo los chapuzones de una docena de muchachos que se arrojan al agua desde allí, suben y vuelven a arrojarse de nuevo. A veces dejo de leer, levanto la vista y los observo. Son una pandilla, chicos y chicas entre los doce y los…

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